Uno de los momentos más difíciles para toda persona que esté buscando acordar encuentros con alguien, es el momento preciso en el cual se propone una cita. No se sabe por qué, pero casi siempre termina saliendo mal o no del modo en el que se espera.
Tomar la decisión de pedirle a alguien de salir por primera vez siempre es un reto y puede terminar resultando más complicado de lo que pensábamos. Como cada persona es un mundo completamente distinto, habrá que pensar en adaptar la estrategia porque lo que funciona para una, no funciona para otra persona.
Como primera medida lo que hay que hacer es aprender a observar al persona en la que se está interesado/. Tener en cuenta sus hábitos cotidianos, sus gustos y cómo se comporta cuando está con nosotros (en el caso de que la veamos frecuentemente). Aprender a observar a la otra persona es vital. También hay que analizar el modo en el que reacciona, habla y gesticula cuando está cerca nuestro.
En el caso de una mujer, si sonríe, se toca el pelo y se muerde un poco los labios o incluso se acaricia un poco el cuello…son claras señales de que está interesada en tí. Pero si no notas demasiada onda entre ustedes, no hay que presionar las cosas y forzar el tema. Es mejor esperar agazapado el momento correcto para poder pedir.
En el caso de las personas tímidas, hay que saber que la mejor manera de hacerlo es no pensando en ello…hay que dejarse llevar por la conversación y cuando menos lo esperen, saldrá la oportunidad de invitar a salir a la otra persona. Una buena pregunta es ¿te gustaría salir conmigo? proponer algo directamente ¿que te parece si un dia de estos nos encontramos y vamos al cine/ a tomar algo / a dar un paseo? (las posibilidades están a la imaginación)
