Casi siempre sucede lo mismo, la pareja suele sufrir cambios durante la relación. En especial durante los primeros años, donde se empiezan a realizar actividades de mayor responsabilidad como el convivir. El mudarse juntos es una tarea ardua para ambos integrantes de la pareja, y suelen aparecer sentimientos o reacciones que de otro modo no hubiesen aflorado. Sin importar cuales sean, es importante entender que se trata de un aprendizaje en conjunto, un descubrir de todo un nuevo mundo de responsabilidades, actividades y situaciones de la vida adulta.
Es por eso que es preciso aprender y estar dispuesto a adaptarse a los cambios, respetar las decisiones que tome el otro así como permitirle su espacio. Cada integrante debe asegurarse que aportara aunque sea lo mínimo indispensable para asegurar el bienestar y la felicidad mutua y reciproca. Comprender que el hecho de que sean una pareja no significa que uno tenga que controlar y manejar al otro, sino que cada cual debe tener sus tiempos y gustos individuales que se deberán adecuar, si, a los tiempos de la pareja.
El dialogo durante la etapa de convivencia es fundamental, estar abierto a expresar sentimientos, deseos, que se espera de la otra persona y de ambos como pareja.
La palabra consenso es fundamental, ya que todo debe ser pensado en pos del bien dual. Es importante que cada uno aprenda a ceder un poco y no ser testarudos.
El compartir actividades, quehaceres, gastos, responsabilidades será una buena manera de aprender en el camino. Si uno se equiboca, el otro estará allí para ayudarlo y aprender para no cometer el mismo error.
Nunca olvidar el amor, la pasión, los arrumacos y mimos, las caricias, los abrazos, las frases bonitas. Nunca esta demás decir un “te amo” de vez en cuando o un “te extraño” o “me haces falta”.
